Un mosaico a la vez, un proyecto de arte fortalece la comunidad

La artista del mosaico Natasha Moraga no pensó que sería un agente de cambio del parque Lázaro Cárdenas en el 2009 cuando viajó a Filadelfia como aprendiz del famoso muralista y artista Isaiah Zagar.

“El me entrenó y aprendí todo lo que pude” mencionó, “y regrese y abrí un restaurante. Después decidí que no era lo mío y que quería hacer lo que realmente me gustaba”

La inspiración de su primer mural de mosaicos se encuentra justo a la vuelta del parque.

“Solía haber una casa enorme y blanca justo en la esquina de Pino Suarez y Basilio Badillo y estuvo ahí por más de 30 años,” dijo.

“Había 3 pequeños apartamentos en la parte de atrás y ahí vivía yo. Cada vez que salía veía la pared tapizada de grafiti, pero no del grafiti cool. Decidí que iba a empezar a buscar los permisos y ver qué pasaba. La verdad, nunca pensé que me los fueran a dar porque es una barda muy grande y pensé que dirían, “ ¿Y quién demonios eres tú?!”

“Pero me dijeron “adelante” y me tomó un mes comenzar porque realmente no tenía ni idea de cómo. Pero una vez que comencé, me llevo 5 meses terminar. Empezamos en octubre del 2011 y terminamos en febrero del 2012”

Desde entonces Moraga ha hecho murales de mosaicos en una pared de más de 500 metros cuadrados en la Marina, las famosas letras de “Puerto Vallarta” en la entrada norte de la ciudad, numerosos proyectos más pequeños en hoteles, así como las bancas en Francisca Rodríguez, entre Olas Altas y el muelle Los Muertos.

El trabajo en las columnas y el anfiteatro Lázaro Cárdenas es sólo la primera fase del proyecto planeado para el parque. Eventualmente implicará todo el gazebo, así como las bancas de piedra en la circunferencia y dentro de todo el parque. “Nuestra meta es terminar el parque sin importar lo que pase. Voy a terminar ese parque!” comentó Moraga. ”Incluirá todo, todos los maceteros, el gazebo, las entradas a los estacionamientos que están en cada esquinas.” El proyecto está totalmente pagado por patrocinadores del sector privado.

“Llevamos a cabo talleres,” añadió. “Tres días de talleres, con manos en la obra, te enseñamos cómo cortar el espejo, hacer todo, y dejas tu legado para Vallarta, recubriendo una columna o área del parque. También tenemos cajas para donaciones y azulejos personalizables para los cuales tenemos diferentes estilos y opciones. Y tenemos bancas disponibles.”

Sin ayuda financiera del gobierno, y patrocinios del sector privado que cubren apenas los costos de ella y su equipo, Moraga aprecia cada apoyo por mínimo que sea, (financiero o de cualquier otro tipo) que su trabajo recibe. Siendo una mujer que con orgullo admite que sólo estudio primaria, quien fue víctima de burlas de sus amigos, y de ex amigas que le decían que de ninguna manera iba a sobrevivir creando murales de mosaicos, Natasha Moraga está feliz de pasar sus días haciendo precisamente esto.

 

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